Partiremos de la definición del autor que dice: ” Internet es el ejemplo de bien público artificial con mejores resultados en los últimos tiempos. Los microprocesadores y las redes de telecomunicaciones son sólo la parte física de la fórmula que explica el éxito de Internet; en su arquitectura básica se incluyen también contratos sociales cooperativos”.....
Cuando hablamos de bien público nos referimos a un recurso del que todos podemos beneficiarnos, tanto si hemos contribuido a crearlo, como si no. Al nombrar las redes de comunicaciones queda implícito una nueva forma de organización social dada en redes, donde los límites son muchos más amplios y difusos que en las formas de organización nodal
Ahora bien, cuando hablamos de contratos sociales cooperativos, el concepto es más complejo. Muchos sostienen que los individuo, solo hacen aportes en forma colaborativa, si esto lleva implícito algún grado de beneficio particular, que en el caso de Internet podría ser según dice Smith “capital de red social, capital de conocimiento y comunión»; es decir, el individuo deposita parte de sus conocimientos y estados de ánimo en la red, y a cambio obtiene mayores cantidades de conocimiento y oportunidades de sociabilidad”
Otros investigadores plantean, en base a las teorías del desarrollo, que si en formas de desarrollo más primitivas existen acciones colectivas que no siempre llevan a un beneficio individual, sería de esperar que en el hombre también pudiesen surgir estas formas de organización. Respecto a esto Hobbes dice: “«El acuerdo de estas criaturas es natural; el de los hombres sólo se realiza a través de un pacto, que es artificial; y por tanto, no es extraño que se requiera algo más». Ese «algo más» que puede requerir la conducta humana cooperativa, es tan importante como las influencias evolutivas y constituye el núcleo de una disciplina propia. El grueso de esa parte «artificial» es lo que hoy denominamos «tecnología.”
Por lo tanto. la tecnología parece jugar un papel importante en esta forma de dinámica social en la cual también están implicadas la competencia y el beneficio individual. Cuando nos ponemos a analizar que hace que las estrategias colaborativas continúen existiendo en detrimento de las acciones individuales podemos citar algunas investigaciones que demuestran que:” Las estrategias basadas en la reciprocidad pueden sobrevivir frente a diversas estrategias, y «la cooperación, una vez establecida como base de la reciprocidad, puede protegerse de la invasión de otras estrategias menos cooperativas. Así pues, los engranajes de la evolución social tienen un trinquete que impide que ésta vuelva hacia atrás.”
Por otro lado Smith dice,” Internet no es sólo el resultado final, sino la infraestructura que posibilita nuevos modos de organizar la acción colectiva a través de las tecnologías de la comunicación. Este nuevo contrato social permite la creación y mantenimiento de bienes públicos, una fuente común de recursos de conocimiento.” En este punto me parece importante recalcar que este nuevo contrato social puede funcionar, seguir trayendo beneficios y desarrollo siempre que se autorganice con tales fines o caer en ser una bolsa llena de datos sin sentido.
Respecto a esto, me parece importante recordar lo que paso en la actividad en la cual tuvimos que plantearnos la construcción de un texto en común (wiki) con mis compañeros de comisión. En un primer momento cada uno hizo su aporte individual sin considerar a los otros pero en el momento en el cual hubo que recortar el texto y decidir cuales eran los conceptos más importantes surgieron un los intereses personales e incluso de conflictos en cuanto a quien regulaba o definía esta elección.
Esto si bien parece anecdótico en cuanto a la importancia en gran escala, puede llevar a lo que cita Rheingold.: «Muchos bienes públicos, como la sanidad, aumentan de valor cuanta más gente los comparte. Pero el control de la acción colectiva siempre es conflictivo. Aunque los recursos comunes surjan de manera natural, como los bancos de peces o los pastos, el francotirador pone en peligro su sostenibilidad. La mayoría de los bienes colectivos tiene una capacidad de carga, un índice máximo de consumo a partir del cual el recurso no se repone. En los colectivos, siempre ha habido grupos que han traspasado este punto hasta provocar la ruina total, a menudo con conciencia exacta de lo que hacían. Los bancos de peces se esquilman, las capas freáticas se secan, los pastos se desertifican porque la gente participa en complejos juegos que llevan a cada individuo a actuar racionalmente en su propio beneficio y en detrimento del colectivo.»
Entonces si bien este nuevo sistema de organización en redes (autoorganizado), que depende de los aportes colaborativos, tiene un potencial de desarrollo infinito este va a depender de la interacción entre las partes y su forma de autorregulación para no terminar siendo un cúmulo vacío de información. Creo que esto es lo más importante a tener en cuenta para su desarrollo y también a la hora de acompañar a los alumnos a insertarse en esta red. Personalmente creo, que una estrategia más coherente que la actual, para jerarquizar la red seria una basada en el prestigio de los aportes más que en la cantidad y en la extensión de los mismos. Para que esta forma de organización sea posible, todos los usuarios de la red debemos estar involucrados en su desarrollo y no solo como consumidores. Nosotros como profesores tenemos la obligación de mostrar a nuestros alumnos que no todo sitio en la red es confiable. Esto es especialmente importante en medicina, ya que tanto alumnos como pacientes están continuamente bombardeados de informaciones, no siempre de buena calidad científica y que muchas veces persigue intereses individuales como en el caso de los laboratorios. Por eso me parece importante, siempre que uno trabaje con tecnologías, dedicar algún tiempo de la formación a explicar que es la red, como se organiza y el papel que tiene cada individuo en la misma (ya sea individual o colectivo); así como también dar las herramientas necesarias para evaluar la información que se recibe o al menos poder plantear algún tipo de duda acerca de la validez de la misma. .
Por ultimo, me parece también valido preguntarse, si siempre todas las multitudes son inteligentes. Si aceptamos, que parte de la inteligencia esta relacionada con la capacidad de cooperación, las multitudes son siempre en alguna medida inteligentes. Pero no podemos olvidar que el asilamiento de los individuos, en general convertidos solo en consumidores, al que contribuye la lógica económica y los valores dominantes actuales tiende a recortar esta inteligencia y por otra parte, también, a limitar a ganancias ligadas al beneficio económico, social o individual.. Por lo tanto, el desarrollo de la inteligencia de las multitudes, va estar ligado necesariamente a la remoción de estas barreras de aislamiento mediante el debate colectivo acerca de las características de los “acuerdos artificiales” en que se basan los agrupamientos sociales (redes de relaciones sociales); siendo necesario tener en claro a la hora de plantear este debate que la tecnología puede actuar como un fuerte elemento potenciador de nuevas estructuras sociales pero que no las va a originar por si sola.
Rheingold, Howard. Multitudes inteligentes. La próxima revolución social. Barcelona, Gedisa, 2004. Caps. 2 y 7
Dolores Arceo
La vuelta!
Hace 4 años
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